A casi 50 años de trabajar en la radio y la televisión, Domingo Bautista asegura vivir su mejor momento. Con siete días de trabajo en la semana es para él saborear la verdadera gloria.
En el próximo mes de abril su espacio dominical “Domingo Latino”, que se transmite de 12:00 meridiano a 6:00 de la tarde, por Hits 92, arriba a cumplir 30 años de transmisión ininterrumpida, convirtiéndose en uno de los espacios más longevos en la radio nacional.
De lunes a viernes, Domingo es la figura principal del programa “El Destapón” en la estación radial La Super 7, y recientemente cumplió el sueño de regresar a la televisión como talento, formando parte del elenco de conductores de “Sábado Extraordinario”, de 12:00 del mediodía a 3:00 de la tarde, por Telemicro, canal 5.
Aquí comparte junto a Leonardo Villalobos, La Beba Rojas y Hony Estrella. “Me siento como en casa, porque me han acogido como un hermano; hay un ambiente de confraternidad que me hace sentir muy cómodo. Agradezco el apoyo y el respeto que han tenido en Telemicro para mi trabajo”, reveló.
Pero antes de vivir esta plenitud Domingo pasó momentos de amargura, primero cuando se vio obligado a dejar sus espacios en Color Visión y segundo cuando también fue forzado a salir de “Pégate y Gana con el Pachá”, en el mismo canal.
¿Luego de haber salido de la televisión te deprimiste?
Lo primero que uno siente es un vacío existencial al no tener tu rutina del diario vivir. Para mí fue muy fuerte estar a las 3:00 de la tarde en mi casa; eso emocionalmente afecta y luego estando en plenas funciones, en plena facultades de trabajo y no te tomen en cuenta. Es de humano que te sientas mal. Y uno deja que el tiempo se encargue, hasta que encuentras la posición que mereces. Me siento tan cómodo y tan a gusto en “El Destapón” en La Super 7, en “Sábado Extraordinario” y en “Domingo Latino” que estoy en el mejor momento de mi vida. Porque ya no importa la parte económica, sino el estado emocional, que te sientas productivo, activo, que sientas que te tomen en cuenta para proyectos, eso no tiene precio.
Finalmente regresaste a la TV como tú deseabas
Agradezco al señor Juan Ramón Gómez Díaz que me haya dado la oportunidad desde las perspectivas que yo quería. Fueron muchas las cosas que me ofertaron, pero nada satisfacía mis aspiraciones. Siempre dije que necesitaba regresar a la televisión pero que no quería asumir la responsabilidad empresarial. Después de 30 años de televisión diaria yo no tenía esa energía y esa movilidad para el afán de producir, animar, cobrar, llevar esa estructura de empresa; sin embargo en Telemicro me han dado la oportunidad en Sábado Extraordinario en donde hay una estructura sólida, profesional, establecida con sus departamentos, donde yo llego y hay un equipo de producción. Es muy cómodo llegar a trabajar en donde todo está resuelto y yo solo tengo que poner mi talento.
Has logrado un importante sello en la radio nacional con tu programa dominical “Domingo Latino”
El próximo 4 de septiembre cumplimos 30 años de mantener en el aire a Domingo Latino con las características especiales que se ha mantenido en la misma emisora y el mismo horario desde que nació originalmente como un proyecto de un programa de salsa. Nosotros nacimos en 1988 poniendo salsa de los 70. Luego en el proceso del desarrollo del programa, además de salsa, colocamos merengue clásicos. Y ha sido todo un éxito, hasta que llegamos a convertirnos en más que un programa especializado en merengue y salsa; somos una gran revista radial, en donde también tenemos segmentos novedosos entretenimiento, humor, información.
¿Cómo se permanece por tres décadas en medio de tanta evolución?
Siempre entendí que tenía que ir adecuado a los tiempos, sino el mercado te deja fuera, entonces la tendencia de hoy es la radio hablada e interactiva; si me quedaba con el esquema musical el programa no fuera del interés de esta nueva corriente que hay. Creo que tuve esa visión muy clara de que el programa tenía que ir adecuándose a los tiempos y por eso hoy somos esa gran revista radial.
¿Y cómo ha sido para el esposo y padre de familia ocupar todas las tardes del domingo por 30 años? ¿Tú no viajas? ¿No vas de fin de semana a los hoteles?
No sé si es ventaja o desventaja pero yo no tengo hobbie, y ese tipo de diversiones que normalmente la gente hace como una forma de escapar de la cotidianidad no me interesan, sin embargo, Domingo Latino me llena el espacio. Si tengo un viaje fuera del país me auxilio de algún colega que me haga el programa, pero han sido muy pocas las veces que en 30 años he dejado de ir al espacio. Lo he asumido como un sacerdocio porque contrario a la televisión, la radio no es estresante, no requiere de ningún rigor de vestuario, apariencia física. La radio es muy práctica y me identifico con ella.
¿O sea, que no vas a la playa los domingos?
Soy muy aburrido y soy todo lo contrario a lo que proyecto en la televisión en mi vida personal. Cuando tengo el compromiso de estar frente a la televisión asumo el personaje de ser el hombre divertido y alegre, ese es mi trabajo y trato de hacerlo con responsabilidad.
¿Y cómo ha manejado esa rutina con tu esposa Vanessa?
Yo me administro bien con los compromisos familiares, el cumplido social, pero por mi naturaleza, yo lo reconozco yo soy un tipo muy aburrido. La gente tiene una imagen de que estoy en una rumba, en una chercha todos los días, porque eso es lo que uno proyecta.
¿Y cuál ha sido la satisfacción de poder mantener en el aire uno de los programas más longevos de la radio?
El programa lleva un proceso de solidificación, con La Súper Tarde la gente lo identificaba, inmediatamente, con mi imagen. Ahora el público me aborda y me llama por Domingo Latino, y eso a mí como ser humano me satisface y me llena. Domingo Latino ha venido a sustituir varios programas en su época, lo que fue el fenómeno de Rafael Corporán de los Santos en la radio, en los años 70 y 80, fue el fenómeno histórico de la radio dominicana, luego evaluándolo cada uno en sus circunstancias el espacio Domingo Latino tiene hoy día el mayor posicionamiento de atención, interés y audiencia del público en la capital dominicana.